Por: Mauricio Preisser Cano

Claudia Sheinbaum sigue vendiendo el cuento del nearshoring como si fuera la gallina de los huevos de oro. Su gobierno proyecta un crecimiento económico de hasta 3% para 2025, pero la realidad es muy diferente: organismos independientes como S&P Global calculan apenas 1.2%, mientras que BBVA Research prevé una contracción de -0.4%.

¿Qué está pasando? México está desperdiciando la oportunidad más grande en décadas.

La Gran Promesa que Se Desinfla

El nearshoring debería ser nuestro momento dorado. Con Estados Unidos y China en guerra comercial, las empresas buscan desesperadamente nuevos lugares para producir. México tiene todo: está al lado del mercado más grande del mundo, tiene mano de obra calificada y costos competitivos.

Los números parecían prometedores al inicio. En 2024, la Secretaría de Economía registró un “máximo histórico” de 36,872 millones de dólares en IED, apenas 2.3% más que 2023. Sonaba increíble, pero había un detalle que omitían: la mayoría era reinversión de empresas ya establecidas.

Carlos López Jones, de la consultora Tendencias, lo dice sin rodeos: “Hay una gran diferencia entre las expectativas y la realidad”. Según el IMCO, 4 de cada 10 anuncios de inversión siguen siendo solo eso: anuncios. Nunca se concretan.

 Las Reformas que Espantan Inversionistas

¿Por qué las empresas anuncian, pero no llegan? Simple: las reformas de la 4T las están ahuyentando.

La reforma judicial tiene a los inversionistas con los nervios de punta. ¿Quién va a apostar millones de dólares en un país donde los jueces se eligen por voto popular y los organismos autónomos desaparecen de la noche a la mañana?

Pero el golpe más duro viene del sector energético. Un estudio de BBVA y la AMPIP en 2024 reveló que 91% de las empresas reportaron problemas con el suministro eléctrico. Las compañías del nearshoring necesitan energía confiable y barata, pero las reformas energéticas han fortalecido a Pemex y CFE mientras limitan al sector privado.

Los Números No Mienten

Las cifras oficiales de inversión extranjera confirman el problema. En el primer trimestre de 2025, el gobierno presume un “récord histórico” de 21,373 millones de dólares en IED. Pero aquí viene la trampa: según Alfredo Coutiño de Moody’s Analytics, las nuevas inversiones fueron solo 1,587 millones de dólares, y el resto (unos 20 mil millones) fue reinversión de utilidades.

Para ponerlo en perspectiva: en 2024 las nuevas inversiones del primer trimestre fueron de apenas 599 millones de dólares. Aunque creció 165%, las nuevas inversiones solo representan 7.4% del total de IED. El 92.6% restante es dinero que ya estaba en México, no capital fresco que genere empleos nuevos.

Ana Gutiérrez del IMCO lo explica claramente: “Muchas de las grandes inversiones están yendo directamente a Estados Unidos” en lugar de México.

La Competencia Nos Está Ganando

Mientras México se enreda en reformas que generan incertidumbre, otros países están aprovechando el nearshoring. Vietnam, India y países de Europa del Este ofrecen lo que México no puede garantizar: certeza jurídica y energía confiable.

El problema no es que México no tenga potencial. Lo tiene, y mucho. El problema es que el gobierno está más preocupado por consolidar el poder político que por crear las condiciones para atraer inversión.

El Costo del Autoengaño

La diferencia entre proyectar 3% de crecimiento y enfrentar una contracción de -0.4% no es solo un tecnicismo económico. Son empleos que no se crean, salarios que no mejoran y oportunidades que se van a otros países.

Mientras Sheinbaum celebra estadísticas maquilladas, empresas como Tesla, que consideraron seriamente instalarse en México, pausan o cancelan proyectos. La ventana del nearshoring no estará abierta para siempre.

La Realidad Detrás de los Discursos

México está perdiendo la carrera del nearshoring no por falta de oportunidades, sino por exceso de ideología. Las reformas de la 4T han creado un ambiente de incertidumbre que los inversionistas internacionales simplemente no toleran.

El gobierno puede seguir pintando números optimistas, pero la realidad económica no se puede maquillar indefinidamente. La economía mexicana ya entró en “recesión de crecimiento” según el INEGI, con caída del PIB y reducción del empleo formal.

 

El nearshoring era nuestra oportunidad de oro. La estamos dejando ir.