Morelia, Michoacán, 15 de noviembre de 2024.- Como feminista y activista comprometida con los derechos de las mujeres, no puedo dejar de reconocer el avance histórico que ha representado la firma del Decreto Constitucional para la Igualdad Social Sustantiva de las Mujeres, un logro impulsado por la administración de la Presidenta Claudia Sheinbaum en el marco de la Cuarta Transformación (4T). Este paso no solo es una victoria política, sino un acto de justicia profunda para todas las mujeres que hemos luchado, muchas veces en soledad, por la igualdad, la seguridad y el reconocimiento pleno de nuestros derechos.

La firma de este decreto es un símbolo poderoso de que las mujeres, a lo largo de décadas de lucha, finalmente estamos siendo escuchadas por el Estado mexicano. Durante siglos, hemos sido invisibilizadas y olvidadas en los sistemas que se dicen democráticos y justos. Hoy, por fin, un gobierno de la 4T da un paso decisivo para reconocer la historia de las mujeres, nuestras luchas y nuestra resistencia.

Este no es un avance técnico ni jurídico cualquiera, es un cambio radical que tiene el potencial de transformar las vidas de millones de mujeres, niñas y adolescentes en México. El Estado mexicano ha reconocido finalmente que las mujeres tenemos derechos y que esos derechos deben ser defendidos, protegidos y promovidos. A partir de ahora, la igualdad será no solo una meta, sino una obligación constitucional.

Lo que se ha logrado no es menor. Este Decreto Constitucional no solo aborda la igualdad de oportunidades y el derecho a una vida libre de violencia, sino que establece que la lucha por la igualdad sustantiva es ahora parte de la identidad de México. Nos garantiza que las mujeres no estamos solas en nuestras batallas diarias por la seguridad, la justicia y la igualdad. El gobierno ha dicho con claridad: estamos comprometidos a cambiar las estructuras que durante siglos han limitado nuestras vidas.

Es especialmente significativo que este decreto no solo reconozca los derechos de las mujeres adultas, sino que también garantice que nuestras niñas y adolescentes puedan crecer en un entorno seguro y libre de violencia. Las niñas, que han sido durante tanto tiempo las más desprotegidas y marginadas, ahora tendrán el respaldo de un Estado que se compromete a brindarles una vida digna y un futuro libre de abusos.

Este logro no es solo de las mujeres feministas, de las activistas o de las legisladoras que han luchado por este cambio. Este es el triunfo de todas las mujeres de México, de todas las generaciones que han exigido ser escuchadas. Y por eso, reconozco el liderazgo de la Presidenta Claudia Sheinbaum y el compromiso de todas las mujeres que han sido parte de este proceso: desde las legisladoras hasta las activistas de base, desde las mujeres en las calles hasta las que han estado en los espacios de toma de decisiones. Este es el fruto de una lucha colectiva, del trabajo conjunto de un gobierno que se ha comprometido a transformar las estructuras patriarcales que tanto daño han hecho.

Aplaudo este avance, pero también sé que la lucha sigue. El cambio cultural que necesitamos para erradicar la violencia, la discriminación y las brechas de desigualdad será largo y profundo. Esta reforma debe ir acompañada de acciones concretas, de políticas públicas efectivas que no solo cambien las leyes, sino las realidades cotidianas de todas las mujeres de México. Es un proceso en marcha, y debemos mantenernos firmes para garantizar que este cambio no se quede en palabras.

Con este Decreto Constitucional, el México que estamos construyendo ya no será un país donde las mujeres tengamos que seguir luchando por el simple hecho de existir con dignidad. Es el principio de un país donde todas las mujeres, sin importar su edad, origen o condición social, podamos ser protagonistas de nuestras vidas, de nuestra historia y de nuestro futuro.

Hoy celebramos este avance, pero no olvidemos que la lucha por una vida libre de violencia, una vida digna y una vida con justicia continúa. La Cuarta Transformación ha dado un paso decisivo, pero el compromiso con las mujeres de México debe seguir siendo el motor de todo lo que venga.

Dra. Myriam Martínez Ramírez