López Obrador despide su sexenio con un mensaje de esperanza y unidad, durante la velada del Grito de Independencia en México.
La noche del 15 de septiembre de 2024 será recordada como una de las más emotivas de la historia reciente de México. Miles de ciudadanos abarrotaron el Zócalo de la Ciudad de México para presenciar el último Grito de Independencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, un evento que no solo conmemoró los 214 años de la gesta heroica de 1810, sino también marcó el fin de un capítulo trascendental en la vida política del país.
Poco antes de las 23:00 horas, el mandatario apareció en el balcón del Palacio Nacional junto a su esposa, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller. Con la bandera en alto y frente a una multitud que coreaba con fervor patrio, López Obrador lanzó su tradicional arenga, impregnada de los principios y valores que han definido su administración. Además de los nombres de los héroes patrios, incluyó consignas muy características de su discurso, como la justicia, la democracia, la igualdad y, sobre todo, la Cuarta Transformación, la bandera de su gobierno.
En esta ocasión, el presidente dedicó un lugar especial en su discurso a los trabajadores mexicanos, a quienes calificó como “los mejores del mundo”. También destacó la grandeza cultural de México, al igual que el papel de los migrantes y de los pueblos indígenas, reflejando el sentido de justicia social y de inclusión que ha caracterizado a su gobierno. El grito de “¡Viva México!” retumbó no solo en el Zócalo, sino en el corazón de millones de mexicanos que, ya sea desde sus hogares o en las plazas públicas, compartieron la emoción de la noche.
El cielo nocturno se iluminó con el espectáculo de luces y drones, que formaron la palabra “¡Gracias!” como una expresión de cierre y agradecimiento. Fue un mensaje simbólico, no solo de despedida, sino también de gratitud hacia el pueblo que lo acompañó durante seis años de mandato. López Obrador ondeó la bandera nacional, entregada por la escolta de cadetes del Heroico Colegio Militar en el Salón de Recepciones, mientras el Zócalo se cubría de banderas y colores patrios.
La velada no solo fue política, sino también cultural. Durante más de tres horas, los asistentes disfrutaron de un variado repertorio musical a cargo de la Banda Filarmónica del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (CECAM) de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca. La mezcla de los sonidos tradicionales oaxaqueños, el mariachi de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y la aclamada Banda MS, ofreció un viaje musical que encapsuló la riqueza cultural de México.
Entre los asistentes al evento, destacaron la presencia de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, quien acompañará al país en la próxima etapa política. Junto a ella, Martí Batres Guadarrama, jefe de gobierno de la Ciudad de México, y varios integrantes del gabinete actual, acompañaron los festejos patrios, uniendo el pasado con el futuro del proyecto político iniciado por López Obrador.
La plaza principal del país se llenó de esperanza, emoción y un sentido de pertenencia que trascendió lo político. Las familias, los jóvenes y los adultos mayores compartieron una misma emoción al vivir un Grito de Independencia que, además de recordar la lucha por la soberanía, representó un punto culminante de una transformación que aún continúa su curso.