Ciudad. de México, 26 de julio de 2025.- La Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, encabezó la ceremonia oficial por los “Siete Siglos” de la fundación de México-Tenochtitlan, donde afirmó que reconocer el legado mexica es también un acto de justicia que obliga a erradicar el racismo estructural en la sociedad mexicana.

Durante la develación del memorial “Siete Siglos”, Sheinbaum destacó que el reconocimiento a la historia indígena no implica permanecer en el pasado, sino integrar esa memoria colectiva a la construcción de un país más igualitario.

“Recuperar el legado de Tenochtitlan […] significa entender que erradicar el racismo no es una opción, es una necesidad y una obligación para construir una sociedad justa, incluyente y digna para todas y para todos”, afirmó.

La ceremonia incluyó la lectura dramatizada del “Testamento de Tecuichpo” a cargo de la actriz Mercedes Hernández y representaciones escénicas alusivas a momentos clave de la historia mexica. El acto central fue el corte del listón del nuevo memorial, símbolo del reconocimiento a siete siglos de legado cultural.

Sheinbaum subrayó que la civilización mexica fue una de las más avanzadas en múltiples campos, desde la arquitectura hasta la medicina. En este sentido, sostuvo que la Cuarta Transformación de la vida pública ha iniciado la reparación de la deuda histórica con los pueblos originarios.

“Los gobiernos que tienen el valor de pedir perdón por las atrocidades del pasado no se debilitan, se reconcilian consigo mismos”, dijo.

La arqueóloga Lorena Vázquez Vallin, del INAH, detalló los aportes de Tenochtitlan en disciplinas como astronomía e ingeniería, reafirmando su relevancia hasta la actualidad. Por su parte, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, recordó que el Escudo Nacional lleva aún la señal que fundó el imperio mexica: el águila sobre el nopal.

El evento, realizado en el corazón de la capital, refuerza la narrativa de reconciliación y justicia social impulsada por el actual gobierno federal, en especial hacia los pueblos originarios, ahora reconocidos con derechos constitucionales y acceso a presupuestos directos según sus usos y costumbres.