Vivimos en la era de la información y el desarrollo tecnológico sin precedente alguno. Pero también es cierto que, debido a la acción humana, enfrentamos una crisis climática global que parece llevarnos a la debacle con un aumento alarmante de la temperatura atmosférica.
Diversas acciones desde los gobiernos de los países ocupados en incluir en sus agendas el tema ambiental no han sido suficientes para generar un cambio que sea perceptible a escala global. Ya que observamos la creciente contaminación del mar, de los suelos, el aire y la extinción masiva de las especies.
Ante este escenario, la sociedad parece indiferente; ocupada de continuar con su acelerado crecimiento e inmersa en sus múltiples actividades económicas sin poner plena atención a los aspectos que podrían corregir el rumbo que actualmente llevamos y que en algún momento dado podrán generar afectaciones graves a nuestro patrimonio y a nuestras condiciones de vida.
Si bien, se han llegado a acuerdos internacionales para que los gobiernos de diversos países apliquen políticas de regulación a industrias, sectores productivos, mineros, entre otros, sin la participación social, no se tendrá el debido alcance para revertir aquellas condiciones que deterioran nuestro medio ambiente y provocan el cambio climático a escala global, como actualmente ocurre.
Es importante que cada ciudadano se vuelva consciente de su “huella de carbono” en el planeta y emprenda pequeñas acciones responsables que puedan contribuir a mejorar la interacción con el medio ambiente y sus recursos.
Todas y todos podemos lograr atenuar nuestro impacto para un mundo más sustentable. Necesitamos conocer cada una de aquellas acciones que resulten en un impacto beneficiosos para nuestro medio ambiente.
En las próximas entregas te estaré hablando de esas “pequeñas acciones” y de los grupos y organizaciones que ya hacen por un mundo mejor y más humano.
OPINIÓN. Víctor Francisco Fonseca Malagón