Estamos en plena temporada de lluvias de este verano 2024 y seguimos viendo la indudable acción del dominio humano hacia el medio ambiente. Chubascos, sequías y un saldo negativo de lluvias anuales hacia un suelo cada vez más deshidratado. A pesar de lo copioso de las lluvias, estas siguen siendo cada vez más insuficientes para lograr el volumen de agua estimado para México, siendo de un promedio de 747.6 mm
Según la CONAGUA, la mayoría de los vasos y presas de reserva de agua aún no están en un volumen considerable de agua, puesto que apenas registran niveles por encima del 50% de su capacidad.
Una de las características de estas lluvias con influencia humana es que generalmente son muy copiosas, lo que provocan más daños que beneficios a la agricultura y sobre todo la saturación de los drenajes en zonas urbanas y el desborde de ríos en zonas rurales.
Podemos pensar que toda esta situación nada tiene que ver con nuestro estilo de vida; lo cierto es que hay pequeñas acciones que sí podríamos realizar, como por ejemplo procurar no encender todos los focos de casa o generar muchos residuos en el hogar. Lograr un ambiente verde cercano a nosotros, en nuestro patio trasero. Cuidar nuestros árboles, arbustos o plantas ornamentales. Utilizar menos el vehículo particular. Evitar quemar residuos o la basura.
Algunas de estas acciones resultan en enormes cambios favorables. Las lluvias contienen una mezcla peligrosa de gases de efecto invernadero que provocan su acidez.
No dudemos que nuestra acción, por pequeña que nos parezca, es relevante y beneficiosa para vivir en un medio ambiente más saludable para todas y todos.
OPINIÓN. Víctor Francisco Fonseca Malagón